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EL MERCANTIL
VALENCIANO – 16 diciembre 2007
JUAN
ANTONIO BLAY
entrevista a
RAFAEL
ARIAS-SALGADO
Arias Salgado:
"Hubiera sido injusto un corredor del AVE sólo a la ciudad de Valencia"
Rafael
Arias-Salgado
(Madrid, 1942) fue el primer ministro de Fomento de los Gobiernos del PP y
durante su gestión nacieron los AVE a Valladolid y a Málaga que esta
semana se inauguran; también el complejo corredor de alta velocidad hacia
Valencia, Alicante, Castelló y Murcia cuya primera inauguración será en
2010. Y confiesa que se opuso personalmente a realizar únicamente la línea
directa Madrid-Valencia.
-¿Qué
prioridades se marcó la administración Aznar en el periodo 1996-2000
respecto a las líneas de AVE?
-Ante todo tuvimos que hacer un duro ajuste presupuestario y luego
ejecutar el primer plan de autopistas. Fue en 1999 cuando el presidente
Aznar presentó en la APD (Asociación para el Progreso de la Dirección) un
plan de infraestructuras para la siguiente legislatura y en él se recogían
las iniciativas del Ministerio de Fomento: se definían los seis corredores
de alta velocidad que ahora están en ejecución. Entonces ya dije que todas
las capitales de provincia estarían a cuatro horas desde Madrid, cosa que
ha recogido luego la actual ministra Álvarez. El primero, Madrid-Hendaya
no pudo comenzarse; el Gobierno vasco temía que pudiese servir de bandera
ecológica a Herri Batasuna para movilizar a la opinión pública. Del
segundo, a Barcelona, le dejé a mi sucesor 470 kilómetros en obra; pese a
la idea inicial, más racional, de entrar en la ciudad por el Vallés los
partidos catalanistas presionaron para que fuera Sants y así quedó. El
cuarto era el de Córdoba-Málaga, ciudad ésta que siempre aparecía en los
estudios como destino principal en Andalucía como distribuidor de turismo
frente a Sevilla, aunque llegó primero a esta ciudad por la Expo-92. Yo
dejé el proyecto adjudicado y presto para comenzar las obras. El quinto
era hasta Badajoz y hubo que acordarlo con Portugal, que se empeñó en un
principio que fuera por Valladolid. Y el sexto era
Madrid-Valladolid-León-La Coruña, con una lanzadera a Vigo; éste lo dejé
en obras y adjudicados los túneles de Guadarrama. Es decir, dejé tres
corredores en obras: Barcelona, Málaga y Valladolid y los seis definidos.
-¿Y el
denominado corredor de Levante?
-Sí, claro. Ése era el tercer corredor, Madrid- Alicante-Murcia, con un
segmento especial para Valencia que pudiera hacer un recorrido directo a
esta ciudad. Este corredor quedó totalmente definido y cuando yo cesé
estaba en concurso, para adjudicarse, el tramo Madrid-Valencia directo
para el que había cinco opciones; luego, ya es sabido, se optó por una de
ellas.
-¿Qué criterios marcaron el inicio de las obras en los tres que ha
citado frente a los otros?
- Pues una razón fundamentalmente económica, por la importancia económica
de los tres corredores. La conexión Madrid-Barcelona será la más
importante del mundo, como lo es ya el puente aéreo. Un criterio similar
sirve para Málaga. El de Valladolid tenía como objetivo que la cornisa
cantábrica no quedara descolgada del mercado peninsular, que era el riesgo
con el que nos encontramos en 1996; ese año el país estaba desequilibrado
hacia el Mediterráneo de una forma espectacular, con una crisis industrial
brutal en el Cantábrico. Era absolutamente imprescindible crear un mercado
peninsular además del mercado mediterráneo, que tiene conexiones directas,
en torno a Madrid, sus cuatro provincias limítrofes y sus cinco provincias
a 200 kilómetros;
había que poner solución.
-¿Hubo favoritismo por parte de Aznar para la línea a Valladolid?
-Le puedo contar una anécdota. Cuando definimos los seis corredores
hicimos los cálculos económicos, claro, y el de Valladolid tiene el
problema de una inversión gigantesca que se llama los túneles del
Guadarrama, de 28 kilómetros
cada uno, lo que es carísimo. Cuando la primera vez que me lo dijo (Aznar,
sobre la línea a Valladolid) le contesté que no teníamos medios para hacer
los túneles. Entonces empezamos a estudiar las posibilidades de
financiación y yo me reuní con los ocho grandes grupos de la construcción
para decirles que no podíamos completar la financiación de esa obra. Me
contestaron que se podían buscar fórmulas ad hoc, me asesoraron y así se
hizo: en función de las posibilidades de financiación se proyectó el
corredor y se adjudicaron los túneles. Después de hacer el estudio le
volví a llamar (a Aznar) para decirle que creía que podíamos hacer los
túneles, pues ? evidentemente para él fue una magnífica noticia (sonríe).
-¿Tuvo
reticencias usted para con el AVE a Valencia tras las dificultades
anteriores para cerrar la A-3?
-No porque por razones económicas ese corredor siempre es viable por el
PIB que se acumula entre Murcia y Castellón. Alicante es el puerto de
Madrid, como el de Santander lo es de Castilla, y centenares de miles de
madrileños tienen casa en Alicante, en el norte de Murcia o en el sur de
Valencia. El punto de discusión, y en ello me empeñé personalmente, es que
siempre se descolgaba a Murcia y yo defendí que todo era una unidad: ese
corredor debe recoger desde Castellón hasta Murcia, y debe haber una
conexión Madrid-Valencia directa. Hubo unanimidad, de empresarios y
sindicatos ?
-¿Por qué pese a ser tan rentable fue el último en arrancar?
-Llegar a Málaga era de cajón, a Barcelona es el corredor más rentable
e inmediatamente después viene Valencia ? ; Valencia y Valladolid salen al
mismo tiempo, lo que es el corredor. Lo que sale algo más tarde es el
Madrid-Valencia directo.
-A usted se le ha colgado el sambenito de apostar por la línea antigua,
Alcázar y La Encina, para llegar a Valencia en lugar de la más directa, y
fue su sucesor quien despejó la situación ?
-No, no, vamos a ser exactos. Cuando yo dejo el ministerio está
convocado ya en el BOE el concurso para hacer el enlace directo
Madrid-Valencia con las cinco opciones. ¿Por qué ocurrió ese pequeño
debate? Por la fuerza de la historia. Siempre se ha ido a Valencia por
Albacete y me explicaron técnicos de ferrocarriles que determinado trazado
a Valencia puede tener problemas porque hay que llegar a más de 1.000
metros de altura, donde nieva. Era un problema técnico y económico. Yo
pedí otros trazados ?, yo no sé si el finalmente adjudicado es el mejor, a
mí no me corresponde decirlo, lo dirá el tiempo. Pero he de decir
claramente: mi sucesor se encontró el concurso público convocado con cinco
variables para el Madrid-Valencia directo dentro del marco del corredor.
Creo que hubiera sido profundamente injusto y negativo económicamente
hacer un corredor sólo para la ciudad de Valencia. A eso sí que me opuse;
había que coger toda esa parte de la cornisa mediterránea, tanto a
Castellón como a Alicante y por supuesto a Murcia, a la que siempre se la
deja descolgada y es un error.
-¿Entiende que
su sucesor no le corrigió?
-Bueno,... sí es posible que él eligiera otro ..., yo no me acuerdo ya,
pero él se encontró con el concurso con las cinco variables posibles. Y
después ya no sé exactamente cuáles fueron sus pasos porque tampoco yo lo
seguí con detalle.
-¿Hubo
presiones autonómicas por parte de Gallardón, Zaplana,...?
- Todas, todas... . Presiones autonómicas, todas (ríe abiertamente), es
lógico ¿no?
- ¿Eran coincidentes o divergentes?
-¡Ah!, ahí, después, ya no estaba tan claro si eran coincidentes o no.
Todo el mundo estaba de acuerdo en hacer el ferrocarril, ahora cómo se
hiciera y el trazado final a seguir..., eso ya...
-¿Condicionó
esa situación la agilización del corredor?
-Pues, ¡hombre!, ? yo el corredor lo tenía definido en el plan de
infraestructuras...
- ¿Por qué no se definió en su etapa el corredor mediterráneo de AVE,
desde Almería a Barcelona?
- Bueno, esa fue una decisión con la que yo ya me encontré: ya había un
ferrocarril funcionando, lo que pasa es que era un ferrocarril de 200
kilómetros
por hora, no de 300...
-Pero ustedes
no apostaron por el AVE.
-Yo continué la inversión e inauguré la estación de Castellón, entre otras.
Ese corredor mediterráneo me lo encontré en construcción y lo continué.
Eso es lo que puedo decir. Claro, yo no puedo cambiar la naturaleza de un
corredor ferroviario, que estaba hecho para 200/220 kilómetros por hora
que me imagino que en su tiempo se haría con criterios de rentabilidad
económica razonables. Por eso lo puso en marcha uno de los Gobiernos
socialistas de Felipe González, no sé si fue Borrell o su predecesor. Ese
corredor lo pone en marcha un Gobierno socialista y yo, que no soy
partidario de parar ninguna obra, lo continué. No cometí el error, como se
ha hecho después, de parar obras...
-¿Se siente
usted el padre de los AVE que van a inaugurarse ahora?
-Me siento... no tanto como padre pero partícipe de ellos, sí. Del AVE
Madrid-Barcelona es del único del que sí me siento padre porque realmente
yo le puedo asegurar a usted que no había nada, pero nada de nada. Estaba
en experimentación lo que se llamaba una vía de ferrocarril de doble uso,
aquello era una broma, vamos...
-... ¿Las famosas traviesas de ancho variable?
-Exacto..., aquello era un camelo, no había absolutamente nada. La prueba
es que no había ninguna decisión publicada en el boletín, aquí la prueba
del nueve es el BOE. ¿Qué había publicado? Nada, ni un proyecto, ni
encargado. El Gobierno de Felipe González, tras inaugurar el AVE a Sevilla,
y depender en aquellas fechas de CiU no tuvo más remedio que decir que
había empezado el AVE Madrid-Barcelona. No dudo de esa voluntad pero en el
momento en que el PP gana las elecciones el déficit es de tal magnitud, la
deuda del ministerio era de tal magnitud que no había en caja más que
deudas..., y 100.000 millones de pesetas sin contabilizar. Borrell me dijo,
ahora ya lo puedo contar: `Si no consigues inmediatamente 100.000 millones
en cuatro años no pondrás ni una piedra´. Y nos inventamos nuevas fórmulas
como el modelo alemán, los peajes en sombra, fondos de privatizaciones de
lo que ahora es Adif,... luchando para que Bruselas nos lo admitiera. Así
pudimos empezar a hacer cosas.
-¿Le han
invitado para estas inauguraciones próximas?
-Sí me han invitado de forma ordinaria, no de forma particular que es lo
que yo...
-¿Como ex
ministro de Fomento o como presidente de Carrefour?
-No, no, como ciudadano, no como ex ministro de Fomento. Mire, yo en mi
primer año no inauguré ni una sola obra; y es más, dije, sólo iré si viene
Borrell conmigo..., le llamé en varias ocasiones, cosa que siempre me
agradeció, no vino y yo no inauguré... Siempre hay un gran recelo a la
hora de invitar a los predecesores.
-¿Acudirá?
-¡Hombre!, yo entiendo que si se me invita se me debe invitar de una
manera un poco singular. Hay 400 invitados, yo para hacer público... no
tiene mucho sentido, ¿no? Lo lógico, puesto que la política de
infraestructuras tiene una gran continuidad, cualquiera que sea el signo
ideológico del Gobierno, es decir... ¿qué ministros han participado en
esta obra? Pues se les sube allí o se les pone una silla especial, no
sé... , algo que indique cuál es la intencionalidad de la invitación;
invitar por invitar no tiene mucho sentido. Me invitarán seguramente pero
no iré probablemente si no hay una singularización. Ninguna gran
infraestructura la hace un solo Gobierno. Creo que debería estar Borrell,
debería estar yo, Cascos y la actual ministra, y en un lugar destacado.
-¿Le ha echado
un vistazo al PEIT elaborado por el actual ministerio? ¿Qué le parece?
-Se parece como dos gotas de agua a todos los planes de infraestructuras
porque no se puede hacer un plan de inversiones de forma gratuita, hay
criterios básicos y los que son políticos son los menos y pesan mucho
menos de lo que la gente cree. Lo que se está haciendo ahora coincide, no
sé si al 100% porque tampoco he llegado al detalle, casi al 100% con
anteriores planes.
-¿Están
justificados los agravios territoriales?
-No lo están. Es muy sencillo, porque las inversiones tienen su plazo de
tiempo. ¿Por qué ha caído la inversión en Galicia? Pues porque se han
terminado las autovías. ¿Sabe usted cuánto costaron? Pues 320.000 millones
de pesetas. ¡Claro! Mientras se estaban haciendo la inversión era
espectacular. Ahora pasa lo mismo en Cataluña porque se están haciendo las
obras allí...
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