| |
enlace con Francia
El proyecto del
corredor mediterráneo espera su turno en un cajón
En el caso de
la línea Valencia-Barcelona lo que ha ocurrido es que ha sido excluida,
simple y llanamente, de todos los planes de alta velocidad hasta la fecha
VICENTE AUPÍ.
EL MERCANTIL VALENCIANO
Al sur de Tarragona
la alta velocidad ni siquiera tiene forma de proyecto. El corredor
mediterráneo será el último en incorporar el ancho de vía europeo en la
red ferroviaria española a pesar de que históricamente todos los informes
han considerado, por lógica, que este pasillo de infraestructuras tenía
que haber sido el primero en hacerlo por su importancia estratégica y
porque es el principal eje de flujos de viajeros y mercancías entre España
y el resto de Europa.
Pero a fecha de hoy la realidad es que todo está pendiente de proyectar y
resolver. Gobierno tras gobierno han eludido en los últimos dos decenios
la implantación de la alta velocidad y el ancho europeo entre la Comunitat
Valenciana y el tramo del AVE que conectará en breve Tarragona y Barcelona
con la frontera francesa. La paradoja es tan sorprendente que, en este
momento, hay planes para unir con el AVE y ancho europeo Castelló con
Madrid, pero no con Tarragona, Barcelona y Francia, es decir, con la red
europea.
Esta situación llevará a que los futuros servicios ferroviarios entre
Valencia y Barcelona tengan que hacerse un un futuro muy próximo con
trenes de ancho variable, que circularán con rodadura de ancho ibérico
hasta Tarragona, y a partir de ahí, en ancho europeo hasta Barcelona y la
frontera gala.
Al comparar planificaciones y calendarios entre la línea de AVE
Madrid-Valencia y las líneas Madrid-Valladolid y Córdoba-Málaga, que se
inauguran el próximo fin de semana, la diferencia principal es que el
corredor valenciano no ha contado con la misma prioridad que las otras
dos, de la misma forma que ha sucedido con el Madrid-Barcelona, que se
inaugurará a principios de 2008. En el caso de la línea Valencia-Barcelona
lo que ha ocurrido es que ha sido excluída, simple y llanamente, de todos
los planes de alta velocidad hasta la fecha.
El sector Valencia-Castelló ni siquiera está desarrollado en forma de
proyecto y el Ministerio de Fomento no tiene previsto hacerlo hasta que no
se haga el futuro túnel pasante de Valencia. Pero lo peor concierne al
tramo Castelló-Tarragona, excluído del Plan Estratégico de
Infraestructuras del Transporte (PEIT), lo que equivale a afirmar que
oficialmente no hay una previsión para el mismo. Actualmente, en este
tramo los trenes, como el Euromed, pueden alcanzar los 200 kilómetros por
hora, pero en ancho ibérico y con una plataforma única compartida por
servicios de viajeros y de mercancías.
La elevación a alta velocidad y su imprescindible separación -en dos
plataformas diferentes- de los servicios de viajeros y mercancías no está
oficialmente contemplada. La única novedad de los últimos meses respecto a
esta cuestión es una anecdótica iniciativa del PSOE para introducir una
enmienda en los Presupuestos Generales de 2008 con vistas a incluir una
partida destinada a estudios. Nada relevante, máxime tras el rechazo al
proyecto de presupuestos acordado en el Senado. Las perspectivas para el
corredor mediterráneo son, por tanto, desalentadoras, en lo que se perfila
como uno de los grandes errores estratégicos de la historia de las
infraestructuras en España.
|
|