
¿Existe València?
Hay algo que me molesta sobremanera. Mientras el legado patrimonial y
paisajístico languidece ante la mirada indiferente de todos los
valencianos nativos y circunstanciales, los periodistas y ciertos
políticos indeseables, resucitan el absurdo debate del teatro romano de
Sagunto.
No debemos extrañarnos nunca de lo poco que interesa recuperar,
rehabilitar y reutilizar adecuada y correctamente nuestro enorme caudal
patrimonial, tanto histórico-cultural como ambiental, dado que estamos
asistiendo y contemplado, con una actitud pasiva y miserable la total,
sistemática y feroz destrucción de la huerta, de las alquerías, de
nuestros barrios medievales, de nuestros edificios y poblados marineros
modernistas… sin levantar ni una voz fuerte de protesta y denuncia ante
tanto atropello y atentado institucional.
Me
produce asco leer las aburridas y poco consistentes declaraciones de
ciertos abogados, de algunos arquitectos de medio pelo, de una clase
política indolente, autista y tan vulgar…
No interesa conocer nuestro pasado histórico y recuperarlo para uso y
disfrute de todas las generaciones presentes y futuras. Se habla mucho
de multiculturalidad, de globalización, de conocer los valores de otras
culturas… pero muy pocos son los que levantamos nuestra voz y exigimos
el respeto y el conocimiento profundo de nuestra historia propia, de
nuestras tradiciones y espacios urbanos y rurales originales. Estamos
tan pendientes de lo ajeno, de lo que no es nuestro, de lo vulgar y
general, que hemos despreciado y arrinconado nuestra propia cultura,
nuestro hermoso y convulsivo pasado, tan repleto de simbologías,
leyendas, mitos….
¿Cuándo vamos a valorar y respetar nuestras
propias señas de identidad, procurando recuperarlas y apreciarlas de
manera visible y real?
¿Cuándo vamos a entender que la mejor manera de respetar y conocer las
otras culturas del mundo, empieza por entendernos y conocernos de manera
integral, sin camuflajes ni medias tintas?
Los valencianos tenemos un gran complejo de inferioridad, gracias a
nuestra profunda falta de respeto hacia nuestra propia historia y
cultura. Cualquier cosa ajena y extranjera, nos merece mayor confianza
que nuestras propias tradiciones y costumbres.
¿Por qué los valencianos nos autodespreciamos tanto?
Una gran parte del comportamiento miserable y de la falta de autoestima,
se la debemos a una clase política analfabeta y centralista, incapaz de
luchar por el bienestar estable y duradero de todos los habitantes y
ciudadanos del País Valencià… Pero también, la actual situación de
inercia y retraso, se la debemos a nuestra falta de compromiso militante
con la vida, con la dignidad. Esperamos que las soluciones y respuestas
caigan del cielo. Craso error, amigos… Si queremos mejorar nuestra vida
diaria, debemos empezar a luchar nosotros, lejos de los errores.
Valencia tiene una nueva oportunidad para recuperar la dignidad y la
alegría de vivir.
República Valenciana-partit valencianista europeu es una
organización abierta a todos los que quieren romper con los esquemas
absurdos e inoperantes, esos que impiden la participación y el
crecimiento personal y colectivo.
Nota:
La ciutat de València es algo más que una visita turística a un complejo
aberrante y fuera de contexto como es la Ciudad de las Artes y las
Ciencias. València no puede ni debe reducirse a una serie de edficios
huecos y grandilocuentes, creados para mayor gloria de la especulación
urbanística, y que supone un coste económico que no podemos soportar los
habitantes, dada la falta de otros equipamientos vitales. No denunciar
lo incorrecto y lo banal, es ser cómplice de una nueva forma de
terrorismo: el derroche y el despilfarro de unos pocos para beneficio y
lucro de los canallas de siempre.
Antonio Marín Segovia de República Valenciana-partit valencianista europeu